Los borregos, o más correctamente llamados ovejas domésticas (Ovis aries), fueron uno de los primeros animales domesticados por el ser humano. Su domesticación comenzó hace unos 10,000 años en la región conocida como el Creciente Fértil, que abarca partes de lo que hoy son Irak, Siria, Irán y Turquía. Proceden del muflón salvaje (Ovis orientalis), un tipo de oveja salvaje que aún vive en zonas montañosas. Los humanos comenzaron a criarlos por su carne, pieles y más tarde por su lana.